20 enero 2012

Adri y Patty y las doce pruebas (parte I)


Jamás, ni desde nuestras más pesimistas previsiones hubiéramos imaginado que hacer papeleo en Alemania era tan sumamente, llamémoslo "laborioso".


Cuenta la leyenda que Hércules fue sometido a 12 pruebas para comprobar si realmente era un Dios o un simple mortal. Tras matar al león de Nemea, a las aves del lago Estínfalo o sacar a Teseo de los infiernos, adquirió la categoría de semi-Dios.
Más reciente es la historia de Astérix y Obélix y sus 12 particulares pruebas que tuvieron que superar para ser los amos de Roma, en este genial cómic del cómico francés René Goscinny y del dibujante Albert Uderzo. Mannekenpix el cocinero, la casa que enloquece o el venerable de la cumbre fueron alguna de la docena de tareas a las que se enfrentaron los galos.


Pero mucho más actual son las 12 particulares pruebas que Aachen y Alemania nos colocaron y que, una a una, tuvimos que ir superando. En realidad, se trata de una guía al uso de documentación y demás cosas que uno debe hacer a su llegada a Alemania. 


1. La casa que enloquece o la búsqueda del "Einwohnermeldeamt".


No, no es un insulto. Es el documento que acredita que has llegado a Aachen, que vas a vivir en Aachen durante un tiempo y lo que servirá a la embajada española para saber que uno de sus ciudadanos reside en Alemania. 
Conseguirlo parece fácil... pero la "forma A38" tiene su intringulis: Primero debes saber el lugar. No es el ayuntamiento (por lo menos aquí en Aachen) sino en la oficina de registro (al lado de la estación de tren Aachen Hauptbahnhof). Toda vez llegas allí ilusionado, pensando que será un mero trámite decir: "¡Hola Alemania! ¡He llegado! te llevas el primer revés: debes de tener un documento que acredite que vives de manera FIJA en la ciudad (no vale apartamentos, casas de colegas u hoteles). La segunda vez que acudimos allí con él, fue dos semanas antes de entrar a vivir (nuestro contrato empezaba el 1 de Noviembre). Tuvimos que volvernos otra vez con las manos vacías porque no te darán el ansiado papel hasta como máximo una semana antes de entrar a vivir en tu residencia fija.
Así que, POR TERCERA VEZ, acudimos al centro en cuestión y ya sí, CREÍAMOS haber solucionado todo. 

Y digo creíamos porque una vez que obtuvimos el "Einwohnermeldeamt" nos mandaron a otra planta del edificio para recoger otro papel conocido con la palabrota "Aufenthaltserlaubnis" o Permiso de Residencia. En principio este trámite para los ciudadanos de la Unión Europea no tiene por qué hacerse, pero es necesario si lo que buscas es un trabajo o alargar tus estudios. Es por esto, que tienes que acreditar qué es lo que haces en Alemania, como te sustentas económicamente y por supuesto, tu lugar de residencia en Alemania.


Conclusión: 5 ó 6 visitas al susodicho edificio para obtener 2 papeles.


2. Abrir una cuenta bancaria con "el venerable de la cumbre"







Para conseguir la cuenta bancaria necesitas varias cosas. Entre ellas, los papeles anteriormente citados y el tan ansiado contrato de alquiler. Abrir una cuenta bancaria en Alemania te llevará más de media hora de interrogatorio con el venerable de la cumbre, que contestará pacientemente a todas tus preguntas y que antes de abrirla te preguntará que toalla está lavada con Olimpo, el jabón de los Dioses. En este caso, qué tipo de cuenta deseas. Lo normal es pedir una "Girokonto" en las Sparkasse, que son como las cajas de ahorros del Estado y que llevan el nombre de la ciudad (Sparkasse Aachen, Sparkasse Düsseldorf, etc...).


Para estudiantes existe una modalidad más barata, que reduce en un euro el coste de la cuenta al mes y te da ventajas tipo carnet joven, se llama S-Pool. Las tarjetas que te dan, además, son gratuitas.



3. El fino alambre de internet.


Contratar internet en sí no es difícil. Lo que es un arte es tener la paciencia de esperar varias SEMANAS a que ese pequeño cable te suministre una línea ADSL de internet. Existen varias compañías como Telekom (T···), O2, Vodafone, ÖcherNetz (esta es sólo de Aachen). El problema es que el monopolio lo tiene Deutsche Telekom y son ellos los que deciden cuando te sueltan la línea. 




Nuestro caso particular. Elegimos Vodafone. Damos de alta internet a mediados de Octubre y dos semanas después recibimos una carta notificándonos que a finales de Noviembre un técnico se pasaría a instalarnos ese "hilo invisible". Total, entre pitos y flautas, no podremos gozar de una línea de alta velocidad hasta principios de Diciembre. Eso sí Vodafone nos ofreció una solución a través de un Stick, con un ancho de banda paupérrimo pero lo suficiente como para leer correos, facebook y hacer llamadas por skype (skyppern en alemán, que existe como verbo).


4. Electricidad y gas, ¿pasaremos la noche en una fría llanura?

La última prueba de Asterix y Obelix antes de llegar al circo de Roma, fue pasar la noche en una llanura, al raso. ¿Qué tiene que ver esto con nosotros? Os lo explicamos.



La calefacción y la electricidad funcionan de forma inusual a como lo hacen en España. Aquí se hace un contrato por años, de tal forma que se fija un precio al mes de consumo (En nuestro caso, algo más de 100 euros por ambas). Si al final del mes te has excedido en consumir calefacción y electricidad en, digamos, 20 euros, tendrás que abonarlo a final de año y viceversa, si has conseguido "ahorrar" 20 euros, te los devolverán. No hay facturas intermedias, esto quiere decir, que a final de año te llegará una carta con lo que "te has pasado" que puede ascender a una cifra de tres números si eres muy friolero o vas dejando todas las luces encendidas a tu paso. 

De modo que, para evitar sorpresas a final de año, lo mejor es poner la calefacción (que es lo que más consume) lo indispensable como para no morir de frío (sobretodo en el crudo invierno alemán) y poder respirar algo que no sea aire gélido, estalactitas en tu almohada y un pingüino amaneciendo a tu lado.




5. La isla del placer convertida en dulce.


Alemania cuenta con una extensa tradición repostera. No sólo por el chocolate, que en Alemania en general es bastante bueno, sino también por toda clase de pastas, bollos, pasteles y demás suculentos postres azucarados que hacen difícil la misión de contenerse. Destacan, entre otros, las famosas "Berliner", un bollo relleno de mermelada (Albaricoque, fresa, naranja, melocotón...) muy típico especialmente en Carnavales; los tan afamados Prätzel, esos lacitos salados que aquí los encuentras de todos los tamaños habidos y por haber, con chocolate, glaseados, etc... ; tartas de todo tipo, sobretodo de frutas y la bien conocida "Sacher".

Además, por si todo esto fuera poco, en Aachen se encuentra la fábrica de Lindt en Alemania. El chocolate suizo por excelencia puede ser obtenido a precios razonables (con descuentos de entre el 20 y el 50%) en el outlet anexo a la fábrica. No tiene desperdicio ver a los alemanes llevarse carros llenos por valor de cientos de euros, como si un holocausto nuclear fuera a ocurrir. Además, acudir allí en fechas navideñas, bien recuerda a la entrada de El Corte Inglés el primer día de rebajas. Los fines de semana también hay bastante cola sólo para entrar.

Para concluir, bajo nuestro punto de vista, existe algo más reseñable como son las "pulgas" o "montados" al uso que se hacen en Aachen, concretamente en la cadena Nobis. Están muy elaborados y con ensaladas y salsas muy variadas a precios más o menos asequibles. Por ejemplo, un bocata de Frikadelle (una especie de hamburguesa) con ensalada, huevo duro, tomate y una salsa especial, 2,40€. Por supuesto, también los hay más simples, de jamón y queso, de tortilla, de salami, vegetales...




6. Cilindrix 'el Germano' y el espíritu alemán.

Que los alemanes son muy serios y muy suyos, ya lo sabíamos antes de llegar. Que son testarudos y conservativos también. Pero la verdad es que las pocas veces que hemos tratado con ellos (con dependientes/as o vendedores) nos han parecido muy amables, como el pequeño luchador al que tienen que hacer frente la pareja de galos. Se despiden de ti con un tono muy agradable, con un melódico "Tschüss"(Adiós) , "Schönes Wochenende"(Buen fin de semana) o "Schönen Tag" (Buen día). Como curiosidad. Un día entramos a pedir un almuerzo a una cadena Nobis. Yo (Adrián) tenía una herida en el dedo que me sangraba y que me estaba intentando tapar con un kleenex. Sin decir nada y tras pedir el susodicho almuerzo, la dependienta apareció con una tirita y me espetó en alemán: "Vielleicht brauchen Sie das" (Quizás necesite esto). 





Peeeero, todo lo contrario nos pasó en el Galeria Kaufhof un día allá por principios de Noviembre. Habíamos comprado una funda nórdica porque no sabíamos si en el piso íbamos a tener alguna. Cuando llegamos nos dimos cuenta de que había dos y, por tanto, ni siquiera abrimos la nuestra. Al día siguiente por la mañana fuimos a cambiar la funda nórdica y nos topamos con el típico alemán cabezón que nos negó una y otra vez el cambio, aduciendo que si había pasado una noche fuera, pese a estar herméticamente cerrada, por razones de higiene no se podía cambiar. Lo intentamos por activa y por pasiva, pero eso no hizo más que incrementar su "malestar" y tras una pequeña disputa tuvimos que abandonar el centro comercial.

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